Mi mamá sufrió abuso familiar y sexual en su niñez, es una adulta dañada, que trataba de ser buena mamá pero tenía mucha irá, cada que trataba de acercarme a ella, ella me alejaba.

Con mi padrastro quien considero mi papá siempre he llevado buena relación y lo quiero mucho, pero yo sola me alejaba porque sentía que no era parte de la familia que ellos estaban formando.

Mi mamá quería agradarle a la familia de mi padrastro porque ellos la apoyaban a cuidarme a mi y a mis hermanos.

Siempre me sentí incómoda fuera de lugar, mi hermana a quien amo y espere con tanto anhelo fue la primera nieta mujer, la familia giraba a su alrededor.

A mis 6 años me sentía sola y aquí es cuando entra el abusador.

No recuerdo el primer abuso, pero estoy segura fue antes de que tuviera los 7 y fue el hijo de la hermana de mi padrastro a quien me obligaban a llamar primo.

Primero empezó con cosquillas y juegos como las escondidas en las que el siempre elegía esconderse conmigo.

El tenía 15 y yo 7, no entendía que pasaba mi mamá recurrentemente nos dejaba solos cuando yo le rogaba que no o el llegaba en las madrugadas llorando porque había peleado con sus papás y lo dejaban quedarse y era cuando en las noches subía a mi cuarto y abusaba de mi.

Hasta la fecha duermo cobijada con cobertores y tengo pesadillas.

Siempre me sentí mal e incómoda, pero nunca pude hacer nada mi cuerpo reaccionaba a las caricias y se quedaba paralizado en lo que mis ojos lloraban.

Esto pasó por años cuando a mis 12 años llegando del cole llegué a mi casa y lo vi sentado en la sala, mi mamá dormía en la parte de arriba, quien tiene el sueño pesado, entonces tome una revista para fingir que no estaba ahí.

Cuando me tomo de las manos y bajo mi falda y por primera vez decidí gritar patalear y decir no, pero eso pareció exitarle y me tomo con más fuerza. Tenía la esperanza que mi mamá escuchará pero nunca paso.

Recuerdo como el eyaculo sobre mi falda y yo tratando de abrir la puerta para correr.

Cuando logré salir, fui a una plaza a llorar, la gente pasaba y nadie pregunto que tenía.

Ese fue el último abuso creo, por mucho tiempo mi cabeza bloqueo los recuerdos al día de hoy poco a poco voy recordando.

Puedo durar mucho tiempo sin recordarlo pero luego algún evento me hace recordarlo y me deprimo.

El empezo a ir a la iglesia y me pidió perdón, cuando lo hizo le dije te perdono, pero cuando salí de ahí comencé a llorar y me di cuenta que todo había pasado y era realidad no eran mis ideas.

Me di cuenta que lo perdone porque lloraba y no quería hacerlo sentir mal, al día de hoy no entendí ese comportamiento, es confuso.

Tengo 22 nunca le he dicho a mi familia y no lo sospechan, porque frente a ellos soy una joven alegre y feliz.

Nunca he tenido novio tengo miedo al contacto físico y no quiero tener pareja y tener que contarselo.

Creo que no se lo he contado a mi papás por vergüenza y porque no quiero problemas siento que ya es suficiente como me siento, se que son capaces de matarlo.

El ahora tiene una familia y su esposa espera su primer hijo, me enteré hace unos días, me siento terrible y le he pedido a Dios que pierda a su bebé.

Su esposa sabe que el es un abusador ya que no es la primera vez que lo hace pero ella afirma que Dios lo cambio.

Nunca he ido a terapia porque me cuesta recordarlo pero veo las secuelas día día no se cuánto más pueda aguantar o intenté autolastimarme, aparte de que las terapias son muy caras y no cuento con el recurso.

Hoy puedo aceptar que es un abuso, mucho tiempo creí que era mi culpa porque sentía placer, pero tan solo tenía 7 mi cuerpo reaccionaba al estímulo, el me hacía creer que era bajo consentimiento y me compartió parte de la culpa, pero hoy entiendo que un niño no es capaz de comprender lo que pasa y es fácil de manipular.

Espero y deseo que mi historia sirva para que los papás o cuidadores de los niños presten atención a estas banderas rojas y sobre todo les ofrezcan a sus niños la libertad y confianza para que ellos si lo llegarán a vivir puedan confiar en ustedes.