Pensaba decirlo a mis papás, pero tenía miedo de la reacción de mi papá...
Hola, antes que nada gracias por crear éste espacio, en el que tal vez sea el único que tengamos.
Me animo a contar ésta historia, igual después de mucho dolor y varias ocasiones de terapia.
Crecí en una familia tradicional mexicana, saludar a la de a fuerza por educación, aún cuando en fotos reconozco la incomodidad al estar cerca de algunas personas y nunca se dió la oportunidad de decir no.
Mis padres se separaron cuando cursaba el kinder, y se volvieron a juntar después de unos años. Pero no todo era miel sobre hojuelas, había violencia intrafamiliar, física y verbal, sobre todo a mi mamá, mucho verbal hacia nosotros. Tengo dos hermanos mayores, yo soy la menor.
Muchas ocasiones pasábamos las vacaciones con la familia de mi mamá, que era un pueblo pequeño, junto a su casa vivían primos de mi mamá. Uno de ellos, una ocasión que jugaba con una vecinita me llamó para enseñarme algo y corrió a mi amiguita, ella se fue muy asustada. Me acostó en la cama y me platico que tenía una cita con su novia y que no sabía si él pesaba mucho para ella, q yo le dijera, asi q se subió en mi, obviamente pesaba, yo tenía escasos 6-7 años y él cerca de 25, me pregunto si pesaba, yo contesté que no (realmente solo queria q terminara esa situación, no se me enseñó a expresar abiertamente lo q sentia, lo q no me gustaba). Hizo algunos movimientos oscilatorios y gracias a Dios no pasó de ahí. Yo no le dije nada a nadie, pero mi comportamiento cambió, mis juegos con Barbies se sexualizaron, cuando mi mamá vió eso, solo me regañó, no preguntó más (pero obviamente era una señal).
Pocos años después, me enseñó revistas pornográficas y me preguntó si sentía algo. Yo dije que no (aunque si, me ruboricé), él contestó que tal vez estaba todavía chiquita.
Cerca de cumplir 15, una Noche mexicana, igual en casa de mis abuelos, estaba jugando con vecinitos a las escondidas y corríamos (notese mi edad y yo aun jugaba), al llegar a casa de mi abuela estaba un tío político viendo la tele y me senté ahí en la sala (no cerca de él) y me quejé de cansancio. El me dijo que si quería me daba un masaje en mis pies, yo le dije que sí, pero igual me fuí a seguir jugando. En la noche, hacían en el salón social del pueblo baile y demás, casi todos se fueron, pero como yo estaba cansada, me fui a dormir. resulta que me desperté porque sentí como me acariciaban mis piernas, cuando me desperté me dijo, es el masaje que te dije antes, pero no era así, yo me congelé, no podía ni hablar, en mi mente solo deseaba que todo eso terminara, me tocó las piernas, la entrepierna y acercó su boca a mi cara y me dijo al oído que me deseaba tanto, su aliento olía a alcohol (a la fecha un olor similar me remonta a ese momento), intentó besarme pero yo apreté fuerte mi boca para q no entrara nada y después se fué (afortunadamente). Al instante que se fue, yo me eché a llorar, a pensar el porqué, porqué a mi, porqué yo, que había hecho yo para que él hiciera eso. Me dormí llorando. Al día siguiente, él quería hablarme como si nada, yo puse una barrera para que ni se acercara a mi, desde ese día trato de evitarlo lo más que puedo.
Incluso al escribirlo hoy, mis manos tiemblan, se me hace un nudo en la garganta y tratan de salir las lágrimas.
No hablé con nadie. Pensaba decirlo a mis papás, pero tenía miedo de la reacción de mi papá (por la violencia). Pensaba decirlo a mi abuela, tengo la sensación que ella me creería, pero a la vez no quería ocasionar una ruptura de ninguna forma en la familia. Se lo conté tiempo después a algún novio y a mi ahora esposo.
Lo he tratado en terapia, y he intentado perdonar y olvidar, y si bien ya no duele como antes, el hecho de verlo, me repugna.
Cerca de mis 35 años le conté a mi mamá esos dos episodios, solo me dijo que ya los perdonara. Esa respuesta me dejó atónita. No logro entender el porqué de la respuesta.
Y mucho después se lo conté a mi papá, el cual hizo su cara de: Está cañón y ya.
Solo uno de mis hermanos si me apoyó, incluso me dijo que si quería denunciar, que el me apoyaba. Tampoco es algo que siento que sirva, el daño está hecho, no hay pruebas de nada.
Me duele que mis papás sigan en contacto con él, porque es su compadre, y hasta van de viaje a su casa porque vive cerca de la playa.
Ahora que soy mamá, de una niña de 3 años actualmente, he estado muy pendiente de mi hija y si bien sé que no puedo protegerla todo el tiempo, la informo, le doy la oportunidad de no saludar si no quiere (incluso a sus abuelos) la oriento y sobretodo le digo que confió en ella y que siempre le creeré.
Gracias por leerme, espero que todo ésto algún día no le pase a nadie nunca
Bienvenido a mamá con ciencia
Soy Paula, mamá de 3 hermosos hijos, psicóloga de niños y adolescentes y asesora educativa familiar.
