...el miedo me paralizó...también me decía: “mira que bien estamos en familia, y tú quieres acabar con esto”, y eso me hacía sentir culpa.
Mi nombre es Eloisa, tengo una hija de 7 años, ella es la razón de la que yo lo hablé, y ojalá que mi testimonio ayude a concientizar. Soy hija de madre soltera, y poco antes de cumplir 6 años, mi mamá conoció a un señor que se convirtió en su pareja y mi padrastro; fue poco el tiempo que paso antes de irse a vivir con nosotras, yo solo lo había visto un par de veces, así que no lo conocía, y de pronto ya estaba en mi casa. Quizás pasaron días, cuando empezó a bañarse con mi mama y conmigo, yo sentía incomodidad pero no la expresaba, veía a mi mamá muy feliz desde que éste señor había llegado. Un día, éste tipo me toco mi nalga, yo salí corriendo, no supe que hacer, y en cuanto pude le dije a mi mamá, ella me dijo que no pasaría de nuevo, yo le creí sin embargo ella no hizo nada.
Poco tiempo después, éste señor empezó a acercarse a mí, mostrando interés en las cosas que a mí me gustaban, a jugar conmigo, “defendiéndome” cuando mi mamá me regañaba, y así se ganó mi confianza, comenzaron los “juegos de cosquillas” en las que cada vez aumentaba el tocamiento a mi cuerpo, yo con 6 años no pude poner un alto.
Éste tipo, buscaba cualquier excusa para quedarse a solas conmigo, desde ofrecerse a llevarme a la escuela, recogerme, hasta cuidarme en casa y que mi madre pudiera hacer sus actividades sin problema; también éste tipo comenzaba a ser muy servicial con el resto de mi familia, cualquier tarea o labor que se presentaba, él siempre se ofrecía a ayudar, todos en casa comenzaron a hacer una imagen de él de ser “el esposo mandilón” y que mi madre era afortunada al tenerlo, no iba a fiestas, tomaba solo en algunas ocasiones, siempre mostrando que él decidía cuanto tomar, aunque no trabajaba, en mi familia pensaban que era una persona servicial y que en los trabajos no valoraban esto.
Cuando cumplí 8 años, violento sexualmente mi cuerpo, yo ese día, no fui a la escuela, ni siquiera sé la razón, y aunque yo tenía 2 hermanos: 1 de 2 años y 1 de meses, él se las arregló para que mi mamá se los llevará y yo me quedará con él. Allí comenzó a amenazarme, diciéndome que si yo le decía a mi mamá, él los mataría y a mí me llevaría lejos, el miedo me paralizó...también me decía: “mira que bien estamos en familia, y tú quieres acabar con esto”, y eso me hacía sentir culpa.
Comencé a sentir enojo la mayor parte del tiempo, me enojaba mucho que estuviera pasando por esto, y pensaba, ¿todos los papás y padrastros son así? ¿Por qué a mí?; nunca hable de mis emociones con mi mamá, jamás me pregunto cómo me sentía, solo juzgaba que todo el tiempo reaccionaba con enojo y me decía: “nadie te va a tolerar con ese carácter tan feo que tienes” Prefería estar sola sentada viendo al cielo, las nubes, algún objeto, lo que sea que me alejara del mundo en el que vivía...
Me di cuenta que en la escuela había una psicóloga, y aunque en varias ocasiones quise acercarme a ella, la vergüenza me detuvo, y no lo hice. En casa, me enseñaron: “la ropa sucia, se lava en casa” y que por esa razón, nadie tiene porque enterarse de lo que pasa en nuestras vidas, “la apariencia, es muy importante”, y, entonces, tome la decisión de “aparentar” que todo estaba bien conmigo; En la escuela jamás daba queja de mal comportamiento, e incluso mis calificaciones eran de 9 y 10, desde primero obtuve diploma de aprovechamiento y así continué. Sin embargo, en casa, las cosas eran distintas, yo sentía incomodidad todo el tiempo, cuando éste tipo estaba cerca, buscaba siempre sentarme lejos de él, estar con mi abuelita, bisabuelita, primos, lejos de él, su sola presencia me causaba malestar. Sufrí de muchas enfermedades estomacales y de garganta, eran una constante en mi vida.
A los 11 años, mi mamá y éste señor vendían llaveros, los hacía en casa y los iban a entregar a distintos proveedores, uno de ellos ubicado en el centro de Xochimilco, en varias ocasiones fuimos con mi mamá, hermanos y éste tipo a entregarlos, pero un día el señor le dijo a mi mamá que solo lo acompañará yo a llevarlos, yo no quería ir, sin embargo mi mamá me dijo que tenía que ir, éste tipo notó que yo no quería ir, y en el camino me compro una viña real diciéndome que era refresco de durazno y estaba muy rico, lo probé pero el sabor no me gusto por lo que no me lo acabé; llegamos, entregamos los llaveros, cruzamos la calle para tomar un camión, seguimos caminando unas 2 cuadras más, ni siquiera sabía a dónde íbamos, pero ingenuamente creí que le pagarían los llaveros por allí, la verdad es que también en todas las ocasiones que estaba con éste tipo prefería estar en mi mente, a platicar con él, por lo que no imagine que estaba llevándome a un motel, al llegar lo vi como un museo del centro, éstos lugares donde hay una fuente al centro y puertas alrededor, cuando una chica abre una puerta y éste tipo me dice que entré y veo una cama, intentó salir, comienzo a llorar pero este tipo se para frente a la puerta y no me lo permite, paga y cierra la puerta... Una vez más, violento mi cuerpo sexualmente, al llegar a casa, recuerdo sentarme en la cama y ponerme en posición fetal, cuando éste tipo ve que mi mamá se sale, él se acerca a mí y me pone una almohada en la cara y me dice que si yo le digo a mi mamá, él la matará a ella y a mis hermanos, y a mí me llevará con él a otro país, y que será peor.
Después de ésta ocasión, enferme del estómago muy fuerte, no paraba de vomitar, ni el medicamento ni agua retenía, a la semana tuvieron que hacerme un lavado de estómago, sin embargo mi mamá jamás supo la causa.
Yo había tomado una clase en la secundaria de enfermedades venéreas y embarazos no deseados, me dio mucho miedo que éste tipo me embarazará si esto continuaba, poco tiempo paso para que nuevamente me llevara a entregar unos llaveros, al reconocer el lugar a donde me llevaba, me solté de él, y corrí, hacia una cantina, no sabía que era, solo entre corriendo a pedir ayuda, una señora se acercó y me ayudo, paro un taxi, le pago por adelantado y le dijo que me llevará a donde yo le dijera, cuando llegué a casa, en la puerta, estaba este tipo esperándome, entramos y volvió a amenazarme, yo sabía que tenía el tiempo contado antes que lo volviera a intentar, para ese entonces ya no vivíamos en casa de mi abuelita, sino con la familia de éste tipo, por lo que yo no me sentía segura de poder decirle a mi mamá, días posteriores por un problema con su suegra, nos salimos de allí y regresamos a casa de mi abuelita, en ese momento pensé en decirle a mi madre, sin embargo, éste tipo buscaba todo el tiempo que yo me acercaba a mi mamá, él también estar cerca.
Un día, en la madrugada desperté, y éste tipo estaba ahorcando a mi mamá, yo grité y éste tipo se alejó, y mi mamá me dijo “cálmate, no pasa nada” esto me motivo a que le dijera a mi mamá lo que estaba pasando. Al día siguiente le comencé a intentar decir, pero ni siquiera podía decirlo me puse muy nerviosa y le pedí que fuera conmigo al baño para contarle, como ya lo había dicho; éste tipo no trabajaba por lo que estaba en casa y cuando me fui con mi mamá para contarle, él agarró a mis hermanos, los subió a su carro y se los llevó. Cuando yo estaba contándole a mi mamá, ella comenzó a llorar, y fue cuando escuchamos la puerta y nos percatamos de lo que estaba pasando con mis hermanos. En ese momento me sentí muy culpable, pues pensé: “esto es mi culpa, sino hubiera hablado, esto no pasaría, mi mamá y hermanos no estaría sufriendo”
Me llevaron a levantar la denuncia correspondiente y después de estar toda la noche y madrugada declarando una y otra vez, nos dijeron que nos fuéramos a casa, a la semana teníamos que regresar para continuar el proceso, sin embargo en esos días éste tipo regresó a mis hermanos, “le pidió perdón a mi madre” y regresó con ella, ya no en la casa donde vivíamos, pero mi madre me dejó con mi abuelita y ella se fue a vivir con él, por lo que ya no se continuo la demanda. Actualmente mi madre sigue viviendo con éste pederasta y hermanos, yo hace apenas algunos años tome distancia con mi madre.
Como niña me hubiera gustado que mi madre me ofreciera: apoyo, respeto, comprensión y sobretodo confianza para que cuando yo le contará algo, ella me creyera. También me parece muy importante que si algún niño te cuenta algo así, reacciones lo más calmado posible, brindándole seguridad y la confianza que vas a protegerle, pues yo al saber que la demanda no continuaría me sentía desprotegida y con mucho miedo de que algo iba a pasarme.
Bienvenido a mamá con ciencia
Soy Paula, mamá de 3 hermosos hijos, psicóloga de niños y adolescentes y asesora educativa familiar.
